Zuleyma González y Ermelinda Azuaje
Maestras en Docencia, Geografía y Ciencias de la Tierra por la Universidad de los Andes, Venezuela, donde también ejercen como docentes e investigadoras. Entre sus temas de investigación se encuentran educación y saberes locales, historia y tradición oral y el Proyecto Educativo Bolivariano.
Maestras en Docencia, Geografía y Ciencias de la Tierra por la Universidad de los Andes, Venezuela, donde también ejercen como docentes e investigadoras. Entre sus temas de investigación se encuentran educación y saberes locales, historia y tradición oral y el Proyecto Educativo Bolivariano.
Saberes en tránsito: del paradigma positivista al paradigma cualitativo
El tiempo para el mundo se agota, el positivismo también
“…es preciso que el investigador busque la verdad oculta en el pensamiento ancestral que persiste en la experiencia de las culturas y es expresado a través de la oralidad, tradiciones y demás representaciones míticas, religiosas e históricas” (González y Azuaje, 2008, p. 236)
Resumen
El presente trabajo busca construir una cartografía del artículo Saberes populares: voces ágrafas del espacio local comunitario por Zuleyma González y Ermelinda Azuaje. Esta cartografía tiene el propósito de representar las trayectorias de dos tipos de saberes, el popular y el académico, que derivan en los paradigmas cualitativo y cuantitativo, correspondientemente. Estas trayectorias se encuentran en la educación, como espacio de conciliación y crecimiento académico, comunitario e identitario, frente a los desafíos contemporáneos derivados de la supremacía del positivismo en los modelos de desarrollo. Finalmente, se presenta una comparación entre las perspectivas de González y Azuaje y la de Bunge en torno a los tipos de saberes.
Palabras clave: Saber popular, saber académico, paradigma positivista, paradigma cualitativo, subjetividad, comunidad, educación.
Abstract
The contents of this work intend to build cartography based on the article Saberes populares: voces ágrafas del espacio local comunitario by Zuleyma González y Ermelinda Azuaje. This cartography aims to represent the trajectories of two types of knowledge: popular and academic knowledge, that respectively correspond with the qualitative and positivist paradigms. These trajectories encounter each other through education as a space of conciliation between knowledges and communitarian, identitary and academic growth, facing the contemporary challenges originated by the positivist supremacy, reflected on the traditional development models. This work concludes with a comparison between the perspectives of González y Azuaje and Bunge, concerning the different types of knowledge.
Keywords: Popular knowledge, academic knowledge, positivist paradigm, qualitative paradigm, subjectivity, community, education.
1. Saberes en tránsito
El siguiente esquema busca representar la estructura del contenido del texto de González y Azuaje, a manera de trayectoria, mediante los conceptos y palabras clave utilizados por las autoras. De esta forma, se presenta una cartografía de la ruta de los saberes desde la perspectiva de González y Azuaje.
El tiempo para el mundo se agota, el positivismo también
“…es preciso que el investigador busque la verdad oculta en el pensamiento ancestral que persiste en la experiencia de las culturas y es expresado a través de la oralidad, tradiciones y demás representaciones míticas, religiosas e históricas” (González y Azuaje, 2008, p. 236)
Resumen
El presente trabajo busca construir una cartografía del artículo Saberes populares: voces ágrafas del espacio local comunitario por Zuleyma González y Ermelinda Azuaje. Esta cartografía tiene el propósito de representar las trayectorias de dos tipos de saberes, el popular y el académico, que derivan en los paradigmas cualitativo y cuantitativo, correspondientemente. Estas trayectorias se encuentran en la educación, como espacio de conciliación y crecimiento académico, comunitario e identitario, frente a los desafíos contemporáneos derivados de la supremacía del positivismo en los modelos de desarrollo. Finalmente, se presenta una comparación entre las perspectivas de González y Azuaje y la de Bunge en torno a los tipos de saberes.
Palabras clave: Saber popular, saber académico, paradigma positivista, paradigma cualitativo, subjetividad, comunidad, educación.
Abstract
The contents of this work intend to build cartography based on the article Saberes populares: voces ágrafas del espacio local comunitario by Zuleyma González y Ermelinda Azuaje. This cartography aims to represent the trajectories of two types of knowledge: popular and academic knowledge, that respectively correspond with the qualitative and positivist paradigms. These trajectories encounter each other through education as a space of conciliation between knowledges and communitarian, identitary and academic growth, facing the contemporary challenges originated by the positivist supremacy, reflected on the traditional development models. This work concludes with a comparison between the perspectives of González y Azuaje and Bunge, concerning the different types of knowledge.
Keywords: Popular knowledge, academic knowledge, positivist paradigm, qualitative paradigm, subjectivity, community, education.
1. Saberes en tránsito
El siguiente esquema busca representar la estructura del contenido del texto de González y Azuaje, a manera de trayectoria, mediante los conceptos y palabras clave utilizados por las autoras. De esta forma, se presenta una cartografía de la ruta de los saberes desde la perspectiva de González y Azuaje.
2. Transitar las rutas de los saberes
En este texto se identifican dos ramas de saberes que siguen distintos caminos y derivan en paradigmas distintos:
1. El saber popular, un cúmulo de saberes ancestrales y milenarios.
2. El saber académico, promovido con mayor fuerza desde el siglo de las luces, que da entrada a la modernidad, donde la racionalidad se antepone a los saberes religiosos y cotidianos.
El saber popular se comunica y adquiere a partir de la oralidad, a través de personas o “sabios” con autoridad legitimada social y culturalmente. Estos conocimientos se transmiten de generación en generación en comunidades asentadas en un lugar específico, con una cultura y territorio propios, que forman parte tanto de una identidad colectiva, como de las identidades individuales. De esta forma, a partir de los saberes populares, adquiridos por sujetos, se pueden encontrar rastros de la historia, el presente y las expectativas futuras de toda una comunidad.
Desde el paradigma cualitativo varias disciplinas de las ciencias sociales, como la historia y la antropología, destacan el papel del sujeto y los saberes populares, para reconstruir los rasgos de las culturas y sus historias en el marco de sus especificidades y diversidades, que a la vez se entretejen con una realidad aún más amplia y compleja. En este sentido, desde el paradigma cualitativo, se intenta reconstruir la realidad a partir del sujeto, mientras que desde el positivista, se busca reconstruir la realidad en términos generales, respondiendo a leyes y escalas generales; desde esta perspectiva, el sujeto no es “significativo”.
El saber académico privilegia la verdad científica sobre la diversidad de verdades que pueden existir; prefiere ignorar al saber popular, ya que privilegia la racionalidad y la objetividad. De esta forma, el paradigma positivista, formulado desde las sociedades occidentales, aún prima sobre otros paradigmas. La administración de las culturas y la naturaleza mediante este paradigma ha ocasionado una amplia gama de afectaciones y conflictos étnicos y ambientales. Frente a este panorama, existen iniciativas desde la educación, el principal vehículo del saber académico y promotora del paradigma positivista, se están intentando conciliar estos saberes, de manera que se puedan poner al mismo nivel, manteniendo y alimentando así, las identidades locales, los saberes populares y la cohesión comunitaria.
3. Diálogo entre las perspectivas de González y Azuaje y Bunge
La siguiente tabla busca las coincidencias y diferencias entre las perspectivas de González y Azuaje y Bunge en torno a los tipos de conocimiento.
En este texto se identifican dos ramas de saberes que siguen distintos caminos y derivan en paradigmas distintos:
1. El saber popular, un cúmulo de saberes ancestrales y milenarios.
2. El saber académico, promovido con mayor fuerza desde el siglo de las luces, que da entrada a la modernidad, donde la racionalidad se antepone a los saberes religiosos y cotidianos.
El saber popular se comunica y adquiere a partir de la oralidad, a través de personas o “sabios” con autoridad legitimada social y culturalmente. Estos conocimientos se transmiten de generación en generación en comunidades asentadas en un lugar específico, con una cultura y territorio propios, que forman parte tanto de una identidad colectiva, como de las identidades individuales. De esta forma, a partir de los saberes populares, adquiridos por sujetos, se pueden encontrar rastros de la historia, el presente y las expectativas futuras de toda una comunidad.
Desde el paradigma cualitativo varias disciplinas de las ciencias sociales, como la historia y la antropología, destacan el papel del sujeto y los saberes populares, para reconstruir los rasgos de las culturas y sus historias en el marco de sus especificidades y diversidades, que a la vez se entretejen con una realidad aún más amplia y compleja. En este sentido, desde el paradigma cualitativo, se intenta reconstruir la realidad a partir del sujeto, mientras que desde el positivista, se busca reconstruir la realidad en términos generales, respondiendo a leyes y escalas generales; desde esta perspectiva, el sujeto no es “significativo”.
El saber académico privilegia la verdad científica sobre la diversidad de verdades que pueden existir; prefiere ignorar al saber popular, ya que privilegia la racionalidad y la objetividad. De esta forma, el paradigma positivista, formulado desde las sociedades occidentales, aún prima sobre otros paradigmas. La administración de las culturas y la naturaleza mediante este paradigma ha ocasionado una amplia gama de afectaciones y conflictos étnicos y ambientales. Frente a este panorama, existen iniciativas desde la educación, el principal vehículo del saber académico y promotora del paradigma positivista, se están intentando conciliar estos saberes, de manera que se puedan poner al mismo nivel, manteniendo y alimentando así, las identidades locales, los saberes populares y la cohesión comunitaria.
3. Diálogo entre las perspectivas de González y Azuaje y Bunge
La siguiente tabla busca las coincidencias y diferencias entre las perspectivas de González y Azuaje y Bunge en torno a los tipos de conocimiento.
Tanto González y Azuaje, como Bunge, distinguen el conocimiento ordinario del conocimiento científico, no obstante, existe una discrepancia en el nombre que cada uno le otorga: mientras para González y Azuaje es “saber popular”, para Bunge es “conocimiento ordinario”. Desde ambas perspectivas, este conocimiento se fundamenta en el sentido común. Por otro lado, mientras que Bunge se refiere expresamente al “conocimiento científico”, González y Azuaje se refieren al “paradigma positivista”.
Para Bunge, el estudio de la realidad deberá basarse en hechos tangibles y observables, por lo que el conocimiento ordinario no puede ser una fuente confiable para el conocimiento científico. En contraste, González y Azuaje consideran que el saber popular da pistas importantes sobre la realidad social y por lo tanto es importante para estudiarla. Desde esta perspectiva, la verdad es subjetiva y se puede construir y reconstruir colectivamente, mientras que para Bunge la verdad tiende a ser objetiva y relativa a los sistemas de lógica y principios teóricos que se utilicen para analizarla. De esta forma, cuando se toma en cuenta el saber popular como clave para el estudio de la realidad social, la perspectiva será cualitativa, mientras que desde la perspectiva de Bunge, el conocimiento es cuantitativo y en el caso de las ciencias sociales, deberá responder a leyes generales.
Para González y Azuaje, el saber popular propone formas de ser y estar armónicamente en y con la naturaleza, mientras que para Bunge el conocimiento científico es una herramienta para domar a la naturaleza conforme a las necesidades materiales y espirituales de los seres humanos.
Desde González y Azuaje, el saber popular es un saber al alcance de todas las personas ya que es un saber práctico fundamentado en experiencias significativas que se adquieren en la cotidianidad, mientras que para Bunge, el conocimiento científico sólo puede ser adquirido por personas con educación y preparación previa y específica.
Finalmente, ambos saberes deberán ser comunicables; mientras el saber popular se comunica y hereda mediante la tradición oral, prácticas y rituales para dejar un registro sobre la historia, valores y tradiciones de una comunidad, el saber científico debe ser comunicable mediante el lenguaje científico para multiplicar las posibilidades para mejorarlo, confirmarlo o refutarlo.
3. Referencias bibliográficas
Bunge, M. (1992). ¿Qué es la ciencia?. En Autor. La investigación científica. Su estrategia y filosofía (pp.6-23). Editorial Ariel: Barcelona.
González, Z., & Azuaje, H. (2008). Saberes populares: voces ágrafas del espacio local comunitario. Geoenseñanza 2 (13), 233-242. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=36021230009.
Para Bunge, el estudio de la realidad deberá basarse en hechos tangibles y observables, por lo que el conocimiento ordinario no puede ser una fuente confiable para el conocimiento científico. En contraste, González y Azuaje consideran que el saber popular da pistas importantes sobre la realidad social y por lo tanto es importante para estudiarla. Desde esta perspectiva, la verdad es subjetiva y se puede construir y reconstruir colectivamente, mientras que para Bunge la verdad tiende a ser objetiva y relativa a los sistemas de lógica y principios teóricos que se utilicen para analizarla. De esta forma, cuando se toma en cuenta el saber popular como clave para el estudio de la realidad social, la perspectiva será cualitativa, mientras que desde la perspectiva de Bunge, el conocimiento es cuantitativo y en el caso de las ciencias sociales, deberá responder a leyes generales.
Para González y Azuaje, el saber popular propone formas de ser y estar armónicamente en y con la naturaleza, mientras que para Bunge el conocimiento científico es una herramienta para domar a la naturaleza conforme a las necesidades materiales y espirituales de los seres humanos.
Desde González y Azuaje, el saber popular es un saber al alcance de todas las personas ya que es un saber práctico fundamentado en experiencias significativas que se adquieren en la cotidianidad, mientras que para Bunge, el conocimiento científico sólo puede ser adquirido por personas con educación y preparación previa y específica.
Finalmente, ambos saberes deberán ser comunicables; mientras el saber popular se comunica y hereda mediante la tradición oral, prácticas y rituales para dejar un registro sobre la historia, valores y tradiciones de una comunidad, el saber científico debe ser comunicable mediante el lenguaje científico para multiplicar las posibilidades para mejorarlo, confirmarlo o refutarlo.
3. Referencias bibliográficas
Bunge, M. (1992). ¿Qué es la ciencia?. En Autor. La investigación científica. Su estrategia y filosofía (pp.6-23). Editorial Ariel: Barcelona.
González, Z., & Azuaje, H. (2008). Saberes populares: voces ágrafas del espacio local comunitario. Geoenseñanza 2 (13), 233-242. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=36021230009.