Edgar Morín
Filósofo y sociólogo francés de origen sefardí. Fundador del Centro de Estudios de Comunicación de Masas (CECMAS),estudioso de la crisis interna del individuo. Ha abordado la comprensión del «individuo sociológico» a través de lo que él llama una «investigación multidimensional», utilizando los recursos de la sociología empírica y de la observación comprehensiva. Mantiene una postura crítica en el estudio de los medios de comunicación y ha analizado asimismo los fenómenos de propagación de la opinión. Se le considera el fundador del pensamiento complejo, a partir de su obra "El Método" en la que plantea la propuesta de un nuevo paradigma integrador para la comprensión y el estudio de la realidad física y social.
Del principio hologramático a los sistemas abiertos auto-eco-organizativos
Herramientas para pensar los sistemas de la vida
“No solamente el objeto debe ser adecuado a la ciencia,
la ciencia debe también ser adecuada a su objeto…”
(Morín, 2001, p.81)
Resumen
El presente trabajo intenta hacer una conceptualización de complejidad y del pensamiento complejo a partir de la definición de tres conceptos clave retomando la perspectiva de Edgar Morín, estos son: principio hologramático, sistemismo y autopoiesis. Posteriormente se hace una interrelación entre estos conceptos y el concepto de “táctica” de Michel De Certeau, para obtener una problematización del concepto desde una perspectiva compleja. Finalmente, a partir de una propuesta de modelo heurísticos, los anteriores ejes conceptuales serán representados e interrelacionados.
Palabras clave: Complejidad, principio hologramático, sistemismo, sistema abierto, autopoiesis, auto-organización, tácticas.
Abstract
This paper attempts to define complexity and complex thought through three key concepts from Edgar Moran’s perspective: hologramatic principle, systemism and autopoiesis. This is followed by an interrelation between these concepts and Michel De Certeau’s conceptualization of “tactic” to obtain a problematization of the concept from a complex perspective. Finally, an heuristic model is attempted to represent the set of the formerly discussed concepts.
Key-words: Complexity, hologramatic principle, systemism, open system, autopoiesis.
Pensar y re-pensar la complejidad
La complejidad implica concebir la realidad o las realidades como sistemas abiertos y transitar así del conocimiento de la realidad a través de la unidad a las interrelaciones infinitas. De esta manera, la relación entre universo físico y universo biológico implica la comunicación entre todas las partes de lo que se concibe como “real”. Esto, a la vez requiere considerar las incertidumbres, indeterminaciones y fenómenos aleatorios, de tal forma, que la complejidad siempre estará relacionada con el azar (Morín, 2001). En este sentido, la complejidad está conformada por una mezcla de orden y desorden.
El pensamiento complejo requiere poder trabajar con lo insuficiente, lo impreciso y partir de la complejidad, en lugar de desde lo simple o unitario, para ir hacia aún más complejidad. Para esto habrán de tomarse en cuenta la noción de sistema abierto y la de auto-organización. La noción de sistema abierto, así como a la noción de ambiente, implican concebir el mundo como un horizonte de realidad vasto y abierto hacia el infinito. La auto-organización permite la emergencia del sujeto al mismo tiempo que la realidad en el momento en que autonomía, individualidad, complejidad e incertidumbre, se vuelven características propias del objeto.
Desde esta perspectiva, el mundo, o el ambiente, el sujeto y el objeto se vinculan de manera recíproca e inseparable. Se entiende que la realidad oculta por el objeto lleva en su interior al sujeto, como la realidad oculta por el sujeto lleva al objeto, por lo que no podrá haber un objeto si no es con respecto a un sujeto y no habrá sujeto si no es con respecto a un ambiente objetivo. De esta afirmación se concluye que el sujeto refleja al mundo y que, a la vez, el mundo refleja al sujeto, de ahí el principio hologramático, puesto que “el objeto puede ser espejo del sujeto tanto como el sujeto para el objeto” (Morín, 2001 p.68). En este sentido, sujeto y objeto son mutuamente constitutivos.
El ambiente del sujeto y el objeto se abre más allá de los límites del entendimiento humano, por lo que tanto sujeto como objeto deberán permanecer abiertos. En este sentido, la relación entre el investigador y su objeto de conocimiento implica irremediablemente un principio de incertidumbre y otro de autoreferencia, puesto que el sujeto es obligado a ver sobre sí mismo, sobre su subjetividad y sobre su propia teoría convirtiéndose él mismo en objeto. Esto a su vez trae consigo un principio auto-crítico y un principio auto-reflexivo. Estos principios generan un meta-punto de vista que enriquece la reflexividad del sujeto cognoscente, para criticar y trascender su teoría, así como para identificar los condicionamientos del ambiente.
Para explicar el concepto de “sistema abierto”, es pertinente referirse primeramente al concepto de “sistemismo” y primeramente será necesario hacer referencia a la teoría de sistemas. Desde la perspectiva de Morín (2001), la teoría de sistemas tiene tres facetas o direcciones contradictorias: un sistemismo fecundo que mantiene un principio de complejidad, un sistemismo vago y plano fundado en la repetición de verdades holísticas que no llegarán a ser operantes y el system analysis, que se efectúa mediante operaciones reduccionistas.
Entre las virtudes que Morín encuentra en el sistemismo se identifican1) haber puesto en el centro de la teoría, acompañada de la noción de sistema una unidad compleja, que no se reduce a la suma de sus partes constitutivas 2) haber concebido la noción de sistema como una noción ambigua o fantasma, en lugar de real o formal 3) situarse en un nivel transdisciplinario que permite concebir simultáneamente la unidad como la diferenciación de las ciencias no únicamente según la naturaleza material de su objeto sino según los tipos y complejidades de los fenómenos de organización. De esta forma, el campo de la teoría de sistemas se amplía hacia todo lo cognoscible.
Desde la ciencia se han desarrollado dos concepciones principales de sistema; desde la ciencia tradicional se formuló la del sistema cerrado, mientras que desde la termodinámica se propuso la de sistema abierto. Un sistema cerrado es aquel que no requiere de una fuente energética material exterior a sí mismo, se encuentra en un estado de equilibrio por lo que los intercambios de energía y materia con el exterior son inexistentes. La segunda concepción de sistemas, sistema abierto, se refiere especialmente a los sistemas vivientes. En un sistema abierto existe un desequilibrio en el flujo energético que lo alimenta, este desequilibrio permite al sistema mantenerse en aparente equilibrio, de tal forma que mientras los constituyentes cambian, las estructuras se mantienen. De esta manera, el sistema se cerrará al mundo exterior para mantener su estructura, pero la apertura inicial que ocasiona dicho desequilibrio es lo que permitirá su clausura. Por tanto, la relación con su ambiente es constitutiva del sistema, de ahí que la relación entre los sistemas abiertos y el eco-sistema de orden material-energético y organizacional-informacional, contiene un carácter tanto determinado como aleatorio (Morín, 2001).
Por otra parte la “auto-organización” desde la perspectiva de Morín se refiere a la organización de los sistemas vivientes, sistemas abiertos, en un sistema auto-organizado; hay gran confiabilidad en el conjunto o la estructura y poca confiabilidad en los constituyentes, pues están en constante cambio e interacción con el ambiente. En los sistemas auto-organizados hay una vinculación fundamental entre desorganización y organización compleja ya que el fenómeno de desorganización o entropía es una constante en lo viviente y vinculado a él está el fenómeno de reorganización o neguentropía, que mantiene la estabilidad del conjunto. A manera en que el sistema auto-organizado se desprende del ambiente y se distingue de él, obteniendo así autonomía e individualidad, se liga aún más a este ambiente al incrementar su apertura y el intercambio que acompañan a su proceso de complejidad, de esta manera el sistema es auto-eco-organizador. La individualidad misma de este sistema está vinculada a interrelaciones y dependencias con el ambiente, a la vez que necesita alimentos, materia y energía, también requiere de información y orden. Esta cualidad auto-eco-organizativa de los sistemas, desde Morín se traduciría en la autopoiesis.
Las tácticas que genera el subsistema “resistencia”
Las tácticas son acciones determinadas por la ausencia de poder, están calculadas en la ausencia de un lugar propio y aprovechan las ocasiones, las fallas en las coyunturas del poder propietario para "convertir la posición más débil en la más fuerte" (Córax citado en De Certeau, 1996, p.44). En este sentido, siguiendo la propuesta de Michel De Certeau, los sujetos en posiciones más débiles, los subalternos, hacen uso de distintas tácticas a partir de prácticas cotidianas, como lo pueden ser el habla, leer, circular etc., como parte de "maneras de hacer" mediante las cuales se obtienen éxitos del débil contra el más fuerte, resultando así, en una politización de las prácticas cotidianas.
La maneras de hacer están conformadas por la cantidad de prácticas a través de las cuales los usuarios se reapropian del espacio organizado por los "técnicos de la producción sociocultural" (De Certeau, 1996, XLIV), y forman la contrapartida de los mecanismos disciplinarios y los procedimientos organizadores del orden sociopolítico.
Aplicando el principio hologramático a la anterior definición, podría destacarse que la estructura, el espacio organizado por los “técnicos de la producción sociocultural” se encuentra dentro del subalterno y lo configura, junto con sus acciones, así como el subalterno se encuentra dentro de la estructura y es capaz de re-configurarla a través de dichas acciones. De esta manera, la anterior definición de táctica podría complementarse y complejizarse con esta “doble estructuración”, propuesta por Anthony Giddens (1998).
Retomando el sistema abierto, podría ser de utilidad concebir la estructura como un sistema abierto, pues está en constante interrelación con su ambiente; a través de las relaciones de poder, el flujo energético de sus constituyentes está en constante movimiento, pero ésta, mientras el paradigma de desarrollo y pensamiento hegemónico prime, se mantendrá relativamente estable en su organización.
Desde De Certeau (1994) la táctica es una forma de resistencia cotidiana a la estructura, una forma de revertir una relación de poder, aprovechando la oportunidad, el principio de incertidumbre o azar implicado en una concepción compleja de la realidad. Tal vez y las tácticas no logren transformar la estructura en su totalidad, pero sí a sus constituyentes. Probablemente estos constituyentes, a partir de estas resistencias puedan formar parte de un subsistema, dotado de una autonomía relativa, que sea capaz de tocar los límites o las fronteras del sistema en el que están inmersos a partir de la auto-reflexividad, la ruptura, la integración y la reflexión, que también involucran procesos de inventividad y creatividad (Morín, 2001).
Desde esta concepción de táctica, no es necesario que el sujeto subalterno esté agrupado con otros para resistir a la estructura, puesto que este tipo de resistencia se sitúa en un nivel más cotidiano y en ocasiones difícil de percibir, debido a su fuerte componente subjetivo, que aunque opera sobre una realidad objetiva (en relación con su ambiente), la resistencia como tal se encuentra en la manera de operar, o la “manera de hacer”. En este sentido, él subalterno en sí mismo es un sistema abierto auto-eco-organizado, pues aunque en la táctica no se conciba como una organización formal o intencional, parte de lo imperceptible, de un actuar cotidiano y posiblemente desordenado a un actuar intencionado, que subjetivamente cobra sentido en consonancia con su ambiente objetivo y transita hacia a una re-ordenación y re-apropiación de la realidad, pasando así de la entropía a la neguentropía.
A continuación se presenta un sistema heurístico a manera de representación gráfica de la interrelación entre los conceptos anteriormente desarrollados. El pensamiento complejo se concibe como un engrane que opera en una realidad, cambiante temporal y espacialmente. Este pensamiento está constituido por la noción de sistema abierto, un sistema de lo viviente cuyos componentes están en constante interacción con el ambiente causando un desequilibrio necesario para cerrarlo y lograr un equilibrio en su estructura.Al interactuar con su ambiente los componentes de estos sistemas vivientes y abiertos, se genera entropía, una desorganización entre sus componentes, que llevará a la reorganización o neguentropía de los mismos manteniendo la estructura del sistema.
Los sistemas vivientes están constituidos por sujetos y objetos, así como por investigadores y objetos de investigación que son mutuamente constitutivos, lo cual refiere al principio hologramático. Dentro de los sistemas vivientes y abiertos, pero rozando sus márgenes o fronteras se encuentra el “subsistema resistencias”, constituido por sujetos y una estructura social determinada que son mutuamente constitutivos y responden al principio hologramático. Las tácticas que se despliegan por los sujetos dentro de estructuras determinadas, son aquello que mantiene al sistema resistencia en los márgenes o la frontera del sistema principal.
Herramientas para pensar los sistemas de la vida
“No solamente el objeto debe ser adecuado a la ciencia,
la ciencia debe también ser adecuada a su objeto…”
(Morín, 2001, p.81)
Resumen
El presente trabajo intenta hacer una conceptualización de complejidad y del pensamiento complejo a partir de la definición de tres conceptos clave retomando la perspectiva de Edgar Morín, estos son: principio hologramático, sistemismo y autopoiesis. Posteriormente se hace una interrelación entre estos conceptos y el concepto de “táctica” de Michel De Certeau, para obtener una problematización del concepto desde una perspectiva compleja. Finalmente, a partir de una propuesta de modelo heurísticos, los anteriores ejes conceptuales serán representados e interrelacionados.
Palabras clave: Complejidad, principio hologramático, sistemismo, sistema abierto, autopoiesis, auto-organización, tácticas.
Abstract
This paper attempts to define complexity and complex thought through three key concepts from Edgar Moran’s perspective: hologramatic principle, systemism and autopoiesis. This is followed by an interrelation between these concepts and Michel De Certeau’s conceptualization of “tactic” to obtain a problematization of the concept from a complex perspective. Finally, an heuristic model is attempted to represent the set of the formerly discussed concepts.
Key-words: Complexity, hologramatic principle, systemism, open system, autopoiesis.
Pensar y re-pensar la complejidad
La complejidad implica concebir la realidad o las realidades como sistemas abiertos y transitar así del conocimiento de la realidad a través de la unidad a las interrelaciones infinitas. De esta manera, la relación entre universo físico y universo biológico implica la comunicación entre todas las partes de lo que se concibe como “real”. Esto, a la vez requiere considerar las incertidumbres, indeterminaciones y fenómenos aleatorios, de tal forma, que la complejidad siempre estará relacionada con el azar (Morín, 2001). En este sentido, la complejidad está conformada por una mezcla de orden y desorden.
El pensamiento complejo requiere poder trabajar con lo insuficiente, lo impreciso y partir de la complejidad, en lugar de desde lo simple o unitario, para ir hacia aún más complejidad. Para esto habrán de tomarse en cuenta la noción de sistema abierto y la de auto-organización. La noción de sistema abierto, así como a la noción de ambiente, implican concebir el mundo como un horizonte de realidad vasto y abierto hacia el infinito. La auto-organización permite la emergencia del sujeto al mismo tiempo que la realidad en el momento en que autonomía, individualidad, complejidad e incertidumbre, se vuelven características propias del objeto.
Desde esta perspectiva, el mundo, o el ambiente, el sujeto y el objeto se vinculan de manera recíproca e inseparable. Se entiende que la realidad oculta por el objeto lleva en su interior al sujeto, como la realidad oculta por el sujeto lleva al objeto, por lo que no podrá haber un objeto si no es con respecto a un sujeto y no habrá sujeto si no es con respecto a un ambiente objetivo. De esta afirmación se concluye que el sujeto refleja al mundo y que, a la vez, el mundo refleja al sujeto, de ahí el principio hologramático, puesto que “el objeto puede ser espejo del sujeto tanto como el sujeto para el objeto” (Morín, 2001 p.68). En este sentido, sujeto y objeto son mutuamente constitutivos.
El ambiente del sujeto y el objeto se abre más allá de los límites del entendimiento humano, por lo que tanto sujeto como objeto deberán permanecer abiertos. En este sentido, la relación entre el investigador y su objeto de conocimiento implica irremediablemente un principio de incertidumbre y otro de autoreferencia, puesto que el sujeto es obligado a ver sobre sí mismo, sobre su subjetividad y sobre su propia teoría convirtiéndose él mismo en objeto. Esto a su vez trae consigo un principio auto-crítico y un principio auto-reflexivo. Estos principios generan un meta-punto de vista que enriquece la reflexividad del sujeto cognoscente, para criticar y trascender su teoría, así como para identificar los condicionamientos del ambiente.
Para explicar el concepto de “sistema abierto”, es pertinente referirse primeramente al concepto de “sistemismo” y primeramente será necesario hacer referencia a la teoría de sistemas. Desde la perspectiva de Morín (2001), la teoría de sistemas tiene tres facetas o direcciones contradictorias: un sistemismo fecundo que mantiene un principio de complejidad, un sistemismo vago y plano fundado en la repetición de verdades holísticas que no llegarán a ser operantes y el system analysis, que se efectúa mediante operaciones reduccionistas.
Entre las virtudes que Morín encuentra en el sistemismo se identifican1) haber puesto en el centro de la teoría, acompañada de la noción de sistema una unidad compleja, que no se reduce a la suma de sus partes constitutivas 2) haber concebido la noción de sistema como una noción ambigua o fantasma, en lugar de real o formal 3) situarse en un nivel transdisciplinario que permite concebir simultáneamente la unidad como la diferenciación de las ciencias no únicamente según la naturaleza material de su objeto sino según los tipos y complejidades de los fenómenos de organización. De esta forma, el campo de la teoría de sistemas se amplía hacia todo lo cognoscible.
Desde la ciencia se han desarrollado dos concepciones principales de sistema; desde la ciencia tradicional se formuló la del sistema cerrado, mientras que desde la termodinámica se propuso la de sistema abierto. Un sistema cerrado es aquel que no requiere de una fuente energética material exterior a sí mismo, se encuentra en un estado de equilibrio por lo que los intercambios de energía y materia con el exterior son inexistentes. La segunda concepción de sistemas, sistema abierto, se refiere especialmente a los sistemas vivientes. En un sistema abierto existe un desequilibrio en el flujo energético que lo alimenta, este desequilibrio permite al sistema mantenerse en aparente equilibrio, de tal forma que mientras los constituyentes cambian, las estructuras se mantienen. De esta manera, el sistema se cerrará al mundo exterior para mantener su estructura, pero la apertura inicial que ocasiona dicho desequilibrio es lo que permitirá su clausura. Por tanto, la relación con su ambiente es constitutiva del sistema, de ahí que la relación entre los sistemas abiertos y el eco-sistema de orden material-energético y organizacional-informacional, contiene un carácter tanto determinado como aleatorio (Morín, 2001).
Por otra parte la “auto-organización” desde la perspectiva de Morín se refiere a la organización de los sistemas vivientes, sistemas abiertos, en un sistema auto-organizado; hay gran confiabilidad en el conjunto o la estructura y poca confiabilidad en los constituyentes, pues están en constante cambio e interacción con el ambiente. En los sistemas auto-organizados hay una vinculación fundamental entre desorganización y organización compleja ya que el fenómeno de desorganización o entropía es una constante en lo viviente y vinculado a él está el fenómeno de reorganización o neguentropía, que mantiene la estabilidad del conjunto. A manera en que el sistema auto-organizado se desprende del ambiente y se distingue de él, obteniendo así autonomía e individualidad, se liga aún más a este ambiente al incrementar su apertura y el intercambio que acompañan a su proceso de complejidad, de esta manera el sistema es auto-eco-organizador. La individualidad misma de este sistema está vinculada a interrelaciones y dependencias con el ambiente, a la vez que necesita alimentos, materia y energía, también requiere de información y orden. Esta cualidad auto-eco-organizativa de los sistemas, desde Morín se traduciría en la autopoiesis.
Las tácticas que genera el subsistema “resistencia”
Las tácticas son acciones determinadas por la ausencia de poder, están calculadas en la ausencia de un lugar propio y aprovechan las ocasiones, las fallas en las coyunturas del poder propietario para "convertir la posición más débil en la más fuerte" (Córax citado en De Certeau, 1996, p.44). En este sentido, siguiendo la propuesta de Michel De Certeau, los sujetos en posiciones más débiles, los subalternos, hacen uso de distintas tácticas a partir de prácticas cotidianas, como lo pueden ser el habla, leer, circular etc., como parte de "maneras de hacer" mediante las cuales se obtienen éxitos del débil contra el más fuerte, resultando así, en una politización de las prácticas cotidianas.
La maneras de hacer están conformadas por la cantidad de prácticas a través de las cuales los usuarios se reapropian del espacio organizado por los "técnicos de la producción sociocultural" (De Certeau, 1996, XLIV), y forman la contrapartida de los mecanismos disciplinarios y los procedimientos organizadores del orden sociopolítico.
Aplicando el principio hologramático a la anterior definición, podría destacarse que la estructura, el espacio organizado por los “técnicos de la producción sociocultural” se encuentra dentro del subalterno y lo configura, junto con sus acciones, así como el subalterno se encuentra dentro de la estructura y es capaz de re-configurarla a través de dichas acciones. De esta manera, la anterior definición de táctica podría complementarse y complejizarse con esta “doble estructuración”, propuesta por Anthony Giddens (1998).
Retomando el sistema abierto, podría ser de utilidad concebir la estructura como un sistema abierto, pues está en constante interrelación con su ambiente; a través de las relaciones de poder, el flujo energético de sus constituyentes está en constante movimiento, pero ésta, mientras el paradigma de desarrollo y pensamiento hegemónico prime, se mantendrá relativamente estable en su organización.
Desde De Certeau (1994) la táctica es una forma de resistencia cotidiana a la estructura, una forma de revertir una relación de poder, aprovechando la oportunidad, el principio de incertidumbre o azar implicado en una concepción compleja de la realidad. Tal vez y las tácticas no logren transformar la estructura en su totalidad, pero sí a sus constituyentes. Probablemente estos constituyentes, a partir de estas resistencias puedan formar parte de un subsistema, dotado de una autonomía relativa, que sea capaz de tocar los límites o las fronteras del sistema en el que están inmersos a partir de la auto-reflexividad, la ruptura, la integración y la reflexión, que también involucran procesos de inventividad y creatividad (Morín, 2001).
Desde esta concepción de táctica, no es necesario que el sujeto subalterno esté agrupado con otros para resistir a la estructura, puesto que este tipo de resistencia se sitúa en un nivel más cotidiano y en ocasiones difícil de percibir, debido a su fuerte componente subjetivo, que aunque opera sobre una realidad objetiva (en relación con su ambiente), la resistencia como tal se encuentra en la manera de operar, o la “manera de hacer”. En este sentido, él subalterno en sí mismo es un sistema abierto auto-eco-organizado, pues aunque en la táctica no se conciba como una organización formal o intencional, parte de lo imperceptible, de un actuar cotidiano y posiblemente desordenado a un actuar intencionado, que subjetivamente cobra sentido en consonancia con su ambiente objetivo y transita hacia a una re-ordenación y re-apropiación de la realidad, pasando así de la entropía a la neguentropía.
A continuación se presenta un sistema heurístico a manera de representación gráfica de la interrelación entre los conceptos anteriormente desarrollados. El pensamiento complejo se concibe como un engrane que opera en una realidad, cambiante temporal y espacialmente. Este pensamiento está constituido por la noción de sistema abierto, un sistema de lo viviente cuyos componentes están en constante interacción con el ambiente causando un desequilibrio necesario para cerrarlo y lograr un equilibrio en su estructura.Al interactuar con su ambiente los componentes de estos sistemas vivientes y abiertos, se genera entropía, una desorganización entre sus componentes, que llevará a la reorganización o neguentropía de los mismos manteniendo la estructura del sistema.
Los sistemas vivientes están constituidos por sujetos y objetos, así como por investigadores y objetos de investigación que son mutuamente constitutivos, lo cual refiere al principio hologramático. Dentro de los sistemas vivientes y abiertos, pero rozando sus márgenes o fronteras se encuentra el “subsistema resistencias”, constituido por sujetos y una estructura social determinada que son mutuamente constitutivos y responden al principio hologramático. Las tácticas que se despliegan por los sujetos dentro de estructuras determinadas, son aquello que mantiene al sistema resistencia en los márgenes o la frontera del sistema principal.
Pensamiento complejo: una responsabilidad del investigador
Estudiar la realidad o las realidades, así como re-estudiar la teoría desde una perspectiva de complejidad, implica tomar responsabilidad como sujeto-investigador, para mirarse dentro del objeto y de la realidad estudiada, así como una auto-observación constante y multidimensional, para convertir la propia subjetividad en objeto en estrecha relación con el propio ambiente.
De esta manera, si se parte de un paradigma de incompletud e incertidumbre, será posible abordar la complejidad, observando las realidades como sistemas abiertos en los que se puede encontrar lo desconocido, lo contradictorio, incluso lo innombrable; sistemas que deberán tomarse en cuenta tanto en su individualidad, como en relación e interacción con su ambiente e incluso otros sistemas. De esta manera, desde una perspectiva abierta e integradora, teórica y metodológicamente, podrán incluirse la inventividad y la creatividad, así como la transdisciplina para que la ciencia sea adecué cada vez más al objeto, como el objeto a la ciencia (Morín, 2001).
Referencias bibliográficas
De Certeau, M. (1996). La invención de lo cotidiano. 1 Artes de Hacer. México: Universidad Iberoaméricana A.C.
Giddens, A. (1998). La constitución de la sociedad: Bases para la teoría de la estructuración. Argentina: Amorrortu editores.
Morín, E. (2001). Introducción al pensamiento complejo. Buenos Aires: Gedisa.pp. 17-84.
Morín, E. Ciencia con conciencia. Recuperado de: http://gruposhumanidades14.files.wordpress.com/2014/01/edgar-morin-ciencia-con-conciencia.pdf
Zemelman, H. Pensar teórico y pensar epistémico. Instituto Pensamiento y Cultura en América
Estudiar la realidad o las realidades, así como re-estudiar la teoría desde una perspectiva de complejidad, implica tomar responsabilidad como sujeto-investigador, para mirarse dentro del objeto y de la realidad estudiada, así como una auto-observación constante y multidimensional, para convertir la propia subjetividad en objeto en estrecha relación con el propio ambiente.
De esta manera, si se parte de un paradigma de incompletud e incertidumbre, será posible abordar la complejidad, observando las realidades como sistemas abiertos en los que se puede encontrar lo desconocido, lo contradictorio, incluso lo innombrable; sistemas que deberán tomarse en cuenta tanto en su individualidad, como en relación e interacción con su ambiente e incluso otros sistemas. De esta manera, desde una perspectiva abierta e integradora, teórica y metodológicamente, podrán incluirse la inventividad y la creatividad, así como la transdisciplina para que la ciencia sea adecué cada vez más al objeto, como el objeto a la ciencia (Morín, 2001).
Referencias bibliográficas
De Certeau, M. (1996). La invención de lo cotidiano. 1 Artes de Hacer. México: Universidad Iberoaméricana A.C.
Giddens, A. (1998). La constitución de la sociedad: Bases para la teoría de la estructuración. Argentina: Amorrortu editores.
Morín, E. (2001). Introducción al pensamiento complejo. Buenos Aires: Gedisa.pp. 17-84.
Morín, E. Ciencia con conciencia. Recuperado de: http://gruposhumanidades14.files.wordpress.com/2014/01/edgar-morin-ciencia-con-conciencia.pdf
Zemelman, H. Pensar teórico y pensar epistémico. Instituto Pensamiento y Cultura en América